Introducción: Desintoxicación
instestinal
La mayor parte de la literatura sobre la
desintoxicación se refiere a las enzimas hepáticas y al hígado como la zona
principal donde tiene lugar la mayoría de la actividad de desintoxicación para
ambos compuestos, endógenos y exógenos.
El hecho de que la superficie mucosa del tracto
gastrointestinal sea la mayor superficie del cuerpo (300-400m2) en contacto con
el entorno exterior (en relación con lo que ingerimos) muestra su importancia
en la protección de la salud del ser humano. A lo largo de toda la vida, el
tubo digestivo procesa más de 25 toneladas de alimentos, lo que
representa la mayor carga de antígenos y xenobióticos a la que se enfrenta el
cuerpo humano.
Además, debido a que la mayoría de los fármacos se
consumen por vía oral, el tracto gastrointestinal es también el primer contacto
del cuerpo con muchos medicamentos. En este sentido, no es de extrañar que el
tracto gastrointestinal haya desarrollado un complejo conjunto de sistemas
físicos y bioquímicos para la gestión de esta cantidad de compuestos exógenos.
La barrera intestinal
El epitelio del intestino delgado tiene una
función dual: por un lado, la digestión y absorción de nutrientes; por el otro,
actuar como barrera mucosa selectiva frente a los microorganismos y las
macromoléculas. La función de barrera intestinal es la suma de las
barreras protectoras que son responsables del funcionamiento óptimo de la pared
intestinal: la flora comensal, la capa mucosa, el epitelio intestinal y el
sistema inmunitario intestinal.
La función de barrera de la mucosa intestinal
puede verse alterada por diferentes mecanismos, como infecciones intestinales,
alteraciones de la flora intestinal normal (disbiosis), deficiencia de IgA
secretora, consumo de alimentos alergénicos o de compuestos tóxicos, alcohol,
medicamentos (principalmente, antiinflamatorios no esteroideos y antibióticos),
quimioterapia y radioterapia, entre otros.
El incremento de la permeabilidad intestinal
supone un aumento del paso de sustancias no deseadas al torrente sanguíneo,
pudiendo provocar alteraciones inflamatorias e inmunitarias crónicas, tanto a
nivel local como sistémico. Esta alteración se conoce como hiperpermeabilidad
intestinal o síndrome del “intestino agujereado” (leaky gut en inglés) y
suele ser consecuencia de alteraciones de las uniones estrechas y de la
absorción paracelular.
Una permeabilidad intestinal aumentada está
presente en gran cantidad enfermedades intestinales (enfermedad de Crohn,
enfermedad celíaca) pero también sistémicas (artritis reumatoide, la
espondilitis anquilosante, la diabetes tipo 1, la nefropatía IgA, la esclerosis
múltiple, las patologías dermatológicas crónicas, el asma y diversos tipos de
cánceres).
En definitiva, las infecciones, la desnutrición,
la quimioterapia y otros estresores, pueden causar alteraciones de la
permeabilidad intestinal normal.
Disbiosis intestinal
¿Qué es la disbiosis? Se define como cualquier desequilibrio
en el número o composición de las bacterias intestinales no patógenas. ¿Y qué
puede causarla? Puede ser desde un tratamiento con antibióticos, hasta una
dieta desequilibrada, pasando por una infección aguda o crónica (por ejemplo,
candidiasis crónica).
La alteración de la flora residente normal puede
tener efectos negativos importantes para la salud. Las bacterias en el lumen
del intestino constituyen una fuente continua de metabolitos derivados del
intestino, que llegan a la circulación sistémica. Cuando los microbios colónicos
se desequilibran, las especies que producen metabolitos desfavorables pueden
surgir.
Los cambios cualitativos y cuantitativos en la
flora intestinal, en su actividad metabólica y en su distribución local, es lo
que se conoce como disbiosis intestinal. Entre los organismos que pueden
estar asociados con disbiosis están:
- Klebsiella pneumoniae.
- Citrobacter freundii.
- Bacteroides fragilis.
- Proteus vulgaris.
- Enterotoxigenic Escherichia coli.
- Clostridium difficile.
- Campylobacter jejunii.
- Candida albicans.
- Candida tropicalis.
- Geotrichum spp.
Los metabolitos asociados con sobrecrecimiento
microbiano del intestino pueden incluir:
- Arabinosa
- Benzoato
- Hipurato
- P-hidroxibenzoato
- P-hidroxifenilacetato
- P-hidroxifenillactato
- Beta-cetoglutarato
- Hidrocafeato
- Tartrato
- Citramalato.
Enfermedades
La disbiosis está implicada en la patogénesis de
muchas enfermedades sistémicas (obesidad, síndrome metabólico, patología
cardiovascular, enfermedad vascular periférica, asma y atopia, alteraciones
neurológicas, alteraciones del metabolismo de los fármacos...) así como
digestivas (enfermedad inflamatoria intestinal, patología biliar, cáncer de
colon, etc.).
Para la corrección de la disbiosis se
deberán seguir tres pasos:
1. Empleo de antimicrobianos
naturales (por ejemplo, aceite de orégano, ácido caprílico, extracto de
semilla de pomelo, etc.), con el fin de reducir el numero de flora patógena.
2. Ingesta de sustancias
que favorezcan el medio ambiente adecuado para la proliferación de flora
intestinal probiótica (principalmente fibra dietética con efecto prebiótico).
3. Repoblación de la flora
probiótica intestinal, mediante la administración de preparados de
probióticos multicepa en dosis suficientes.
En definitiva: El desequilibrio de la flora
bacteriana y el aumento de la permeabilidad intestinal pueden aumentar la carga
tóxica.
La desintoxicación intestinal comienza con una dieta
de alta calidad. Ingerir una dieta rica en fibra es uno de los aspectos más
importantes para reducir la acumulación de toxinas. Mediante la expulsión con
la heces, el organismo elimina toxinas de bacterias intestinales y
toxinas liposolubles excretadas con la bilis.
La fibra no digerida absorbe agua, lo que incrementa
el peso y el volumen de las heces y además las ablanda. Este aumento del
volumen debilita la presión intraluminal y activa la motilidad propulsiva, por
lo que se reduce el tiempo de tránsito intestinal.
Asimismo, la fibra actúa como sustrato para el
crecimiento de la microflora colónica, aumentando la producción de gases, como
el hidrógeno y metano. Además, la fibra tiene la capacidad de unirse a las
toxinas en el intestino e impulsar su excreción.
En situaciones de estreñimiento que no mejoren con
la terapia habitual, se debe descartar que estén causados por sensibilidades
alimentarias. También se debe recordar que, si se ingieren medicamentos, alguno
de ellos puede ser la causa del estreñimiento.
Asimismo, puedes apoyar la desintoxicación intestinal
mediante los siguientes complementos alimenticios:
Las fibras dietéticas solubles se disuelven
parcialmente en agua. Tienen un gran poder de atracción del agua y aumentan el
peso del bolo fecal. Las formas más importantes de fibra dietética soluble son
la pectina, las gomas, los mucílagos y algunas hemicelulosas.
La Fibra dietética insoluble no se disuelve
en agua y pasa a través del tracto intestinal sin sufrir cambios. La fibra
insoluble aumenta la velocidad del vaciado gástrico, así como la velocidad del
tránsito por el intestino.
Probióticos
Las bacterias probióticas disminuyen la actividad
de enzimas bacterianas como la glucuronidasa, la azoreductasa y la
nitroreductasa. Los probióticos son capaces de generar compuestos con actividad
antioxidante, para neutralizar moléculas tóxicas. Este efecto
antioxidante no sólo ocurre a nivel intestinal, sino también a nivel sistémico.
L-Glutamina
Aunque la glutamina está fácilmente disponible en
las dietas ordinarias y la sintetiza el organismo, su suplementación mejora el metabolismo
de la energía de la mucosa gastrointestinal, estimulando además la
regeneración de ésta.
Posee efectos muy prometedores como potenciadora
de la reparación del daño intestinal producido por infecciones o agentes tóxicos
y, por tanto, tiene un gran potencial de aplicación para los pacientes con
infección entérica, malnutrición y en los casos de enteritis provocada por
quimioterapia o radición.
Plantas laxantes y mucilaginosas
- Laxantes antraquinónicos
- Aloe
- Olmo americano
Suplementos y plantas antimicrobianos y
antiparasitarios
- Ácido caprílico
- Orégano
- Pau d’Arco
- Ajo
- Extracto de semilla de pomelo
- Sello de oro
- Nogal negro
Otros suplementos a tener en cuenta
- Lactulosa
- Clorofila
- Arcilla bentonita
- Carbón vegetal
- Sulfato de magnesio
- Hidroterapia del colon
En el próximo artículo, continuaremos con la
tercera parte y hablaremos sobre cómo apoyar la desintoxicación renal.
Autor:
Mikel García Iturrioz
(Director Técnico de Misohi Nutrición – www.misohinutricion.com)
Teléfono: 943470345
https://www.facebook.com/ misohinutricion/
(Director Técnico de Misohi Nutrición – www.misohinutricion.com)
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