Introducción
Se ha observado que las toxinas y sus metabolitos
se depositan en el tejido adiposo, la grasa subcutánea y la piel en proporción
a la cantidad y el tiempo de exposición.
Mediante la excreción a través del sudor podemos
eliminar toxinas liposolubles como el DDT y los metales pesados como el plomo.
Ejercicio
Se ha demostrado que el ejercicio ayuda a mejorar
el flujo sanguíneo del tejido adiposo y aumenta la liberación de las toxinas
almacenadas. El ejercicio también impulsa la actividad de las enzimas
antioxidantes y de la fase II.
Asimismo, el ejercicio cardiovascular fomenta la
desintoxicación a través de la sudoración.
El estilo de yoga denominado Bikram
Yoga, Hot Yoga o Yoga caliente (realizado en una sala a 40-42ºC), es
particularmente beneficioso para la desintoxicación, pero cualquier tipo de
actividad física será un buen apoyo para la desintoxicación.
Se puede comenzar con la práctica de ejercicio de
forma suave pero regular, como caminar o andar en bicicleta durante
30-60 minutos o más al día.
Sauna
Inicialmente se propuso que la utilización de la
sauna favorece la excreción de toxinas a través de la sudoración. Sin
embargo, recientemente, se ha demostrado que el efecto beneficioso de la sauna
se asocia más a un proceso de movilización de las toxinas desde los
tejidos adiposos al torrente sanguíneo, y la posterior eliminación a través del
hígado en las dos fases de desintoxicación.
Así pues, la terapia con sauna se debe realizar en
combinación con un programa de mejora la de desintoxicación del hígado. La
terapia con sauna también ayuda a la desintoxicación por reducción del estrés
oxidativo. De hecho, la terapia termal mejora las funciones antioxidantes,
como la actividad de las enzimas superóxido dismutasa (SOD) y catalasa, que
inhiben la peroxidación lipídica.
Esta terapia es segura, pero se deben tener
ciertas precauciones. Las sesiones de sauna aumentan las concentraciones
plasmáticas del ácido úrico y las oxipurinas (hipoxantina y xantina),
probablemente debido a la reducción de la excreción renal. Además, muchos
oligoelementos se pierden por la sudoración y deben ser reemplazados.
Precaución
También hay que tener cuidado si se utiliza la
sauna en pacientes con angina de pecho inestable, infarto de miocardio reciente
o estenosis aórtica grave. Se deberá extremar la precaución en personas que se
han sometido a cirugía reciente, que tienen enfermedades cardiovasculares
inestables, como infarto de miocardio reciente o un accidente cerebrovascular,
o que tienen esclerosis múltiple, infecciones pulmonares agudas o
complicaciones del embarazo. Además, el consumo de alcohol está contraindicado
cuando se practique la terapia con sauna.
Por otro lado, se ha observado que la terapia con
sauna mejora problemas de la función endotelial vascular en pacientes
con factores de riesgo coronario. Los expertos opinan que una exposición de 5 a
15 minutos al día de sauna es segura y eficaz favoreciendo la desintoxicación.
Plantas diaforéticas
Las plantas diaforéticas son aquellas que
benefician la sudoración. Ayudan a la eliminación de toxinas a través de la
piel, aumentando la circulación. Son también muy eficaces en la reducción de
las fiebres superficiales.
Algunas plantas con dicha propiedad diaforética
son: bardana (Arctium lappa), equinácea (Echinacea angustifolia), jengibre
(Zingiber officinale), sauce (Salix fragalis) y saúco (Sambucus nigra).
Terapias manuales
Aunque no actúan específicamente sobre la
desintoxicación cutánea, no podemos dejar de mencionar los beneficios de las
terapias manuales, que pueden ser muy útiles en la movilización y la
eliminación de las toxinas del cuerpo.
Junto con el ejercicio y la terapia de sauna, el masaje
puede mejorar en gran medida la capacidad de los sistemas linfático,
cardiopulmonar, hepático, renal e intestinal para movilizar y eliminar las
toxinas.
Crisis curativa de
desintoxicación
Llegados a este punto, es necesario explicar que
durante el proceso de desintoxicación puede suceder la llamada crisis
depurativa o de desintoxicación.
Según el criterio naturista, las crisis
depurativas son lo que en la medicina alopática en muchas ocasiones se
consideran enfermedades agudas, que generalmente son autolimitadas y de corta
duración, que no son más que diferentes formas de eliminación, constituyendo
parte del proceso de desintoxicación.
Síntomas
Entre las “enfermedades”, signos y síntomas que
nos podemos encontrar están el dolor de cabeza, la fiebre, los eccemas
cutáneos, la mucosidad, la falta de apetito, las náuseas, la lengua saburral,
el mal aliento, las heces con mal color y hediondas, una mayor sudoración y con
olor desagradable, las anginas, los catarros, la bronquitis aguda, la tos, los
vómitos, la diarrea, las “infecciones” urinarias, la menstruación abundante
(puntualmente), la orina abundante y con fuerte olor, etc.
En dichas crisis puede haber, por ejemplo, una
eliminación mediante las mucosas del:
1. Aparato respiratorio:
en forma de catarro, tos, gripe o bronquitis con eliminación de mucosidades y,
en ocasiones, fiebre.
2. Aparato digestivo: vómitos y
diarrea, con pérdida de apetito (el propio cuerpo nos indica la conveniencia de
ayunar).
3. Aparato urogenital: “catarro”
de vejiga, “infección” de orina, flujo vaginal en la mujer.
4. De la piel: como
urticaria, granos, forúnculos, abscesos o aumento de la sudoración.
5. Conjuntiva del ojo: apareciendo la conjuntivitis; y por el
conducto auditivo, con la otitis.
Igualmente, hay una neutralización y eliminación
de los tóxicos por el tejido linfático, que aumenta su trabajo y también el
tamaño de sus elementos (anginas, vegetaciones, ganglios inflamados y
apendicitis).
Estas crisis no son verdaderas “enfermedades”,
sino diferentes formas de eliminación de las sustancias tóxicas que han sido
almacenadas en el organismo. Si tratamos de eliminar los síntomas del catarro
suprimiéndolos (fármacos antitusivos, antipiréticos...) evitamos la
desintoxicación del organismo, pues la mayoría de sus síntomas (mocos, flemas,
boca seca, orina oscura, sudor o fiebre) son diferentes formas de
desintoxicación y eliminación.
Otros síntomas como el malestar general, la
sensación de cabeza embotada, el aumento de la sensibilidad a los ruidos y las
luces intensos, y los dolores de cabeza, nos avisan de la necesidad de descanso
físico y psíquico.
Factores a tener en cuenta
La duración, frecuencia y severidad de
estos síntomas varía según el tipo de toxico/s, la cantidad acumulada, así como
los órganos o tejidos afectados y la energía vital de la persona, entre otros
factores de salud.
Estas manifestaciones generalmente no se
consideran complicaciones. Ahora bien, puede darse el caso de que una crisis de
desintoxicación origine un estado delicado o comprometido para la vida,
dependiendo de la frecuencia, intensidad y tipo de síntoma. El profesional de
la salud debe tener siempre en cuenta esta cuestión, dado que el adecuado
diagnóstico del estado condicionará el tipo de tratamiento.
Evidentemente, el médico prescribirá fármacos para
tratar la sintomatología:
a) Si considera que la integridad física o la vida
están en peligro.
b) Frente a invasiones microbianas que le hagan
presuponer que podrán tener una mala evolución. c) Ante dolores insoportables.
d) Cirugía.
e) En otras circunstancias, a criterio médico.
¿Cómo empezar?
En presencia de un organismo sobrecargado de
toxinas, la pregunta resulta obvia: ¿por dónde empiezo? Las pautas se pueden
resumir en dos principios básicos:
1) No “ensuciar” más.
2) Apoyar la “limpieza”.
Autor:
Mikel García Iturrioz
(Director Técnico del Herbolario Online Misohi Nutrición)
Teléfono: 943470345
https://www.facebook.com/misohinutricion/
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